Una investigación del periódico The Guardian y otros reveló que más de 800 millones de árboles fueron talados en la selva amazónica entre 2017 y 2022 para alimentar la demanda mundial de carne de toros y vacas brasileñas. A pesar de comprometerse a hacerlo, la industria de la carne de vaca en Brasil no ha logrado evitar las granjas vinculadas a la deforestación. Los datos sugieren que 1,7 millones de hectáreas del Amazonas fueron destruidas cerca de plantas de carne que exportan carne de res a todo el mundo.
La investigación, realizada por la Oficina de Periodismo de Investigación (TBIJ), The Guardian, Repórter Brasil y Forbidden Stories, vinculó la deforestación a la ganadería cerca de las plantas de carne propiedad de los tres grandes exportadores de carne de vaca de Brasil: JBS, Marfrig y Minerva.
La industria de carne de vacuno implica múltiples movimientos de animales entre granjas, lo que dificulta el rastreo de su origen, y permite de hecho el «lavado de ganado», donde las vacas y toros de granjas con deforestación ilegal son enviadas a granjas «limpias» antes del sacrificio. Nestlé y la compañía cárnica alemana Tönnies, que había suministrado a Lidl y Aldi, estaban entre los que supuestamente compraron carne de las plantas presentadas en el estudio.
La destrucción de la Amazonía tiene implicaciones planetarias para la crisis climática, ya que la selva tropical es el sumidero de carbono más vital del planeta. Entre 2019 y 2022, la deforestación en todo Brasil se disparó bajo el entonces presidente Jair Bolsonaro, siendo la agricultura animal la causa número uno. El nuevo presidente Luiz Inácio Lula da Silva ha prometido revertir esa política.
Parte de la carne exportada de Brasil a la UE podría estar violando las nuevas leyes diseñadas para combatir la deforestación en las cadenas de suministro, que se adoptaron en abril de 2023. Bajo tales regulaciones, los productos introducidos en la UE no pueden vincularse a ninguna deforestación que haya ocurrido después de diciembre de 2020.
Source: Veganfta.com
