Si eres alguien criado y matado para alimentar a los humanos, probablemente seas un pollo.
Los pollos son, con mucho, el animal cautivo mĂĄs comĂșn en la industria agrĂcola, ya que alrededor de 23 mil millones de individuos se mantienen cautivos en granjas y otras instalaciones. TambiĂ©n son los vertebrados terrestres mĂĄs comĂșnmente sacrificados en el mundo, con alrededor de 66 mil millones de pollos sacrificados cada año desde 2016. Y son la segunda fuente comĂșn de carne consumida por las personas (despuĂ©s de los cerdos) si no contamos los peces. Para obtener la misma cantidad de carne que la gente puede obtener comiendo una vaca, necesitarĂan matar aproximadamente 134 pollos. Esto significa que los reducetarios que cambiaron de carne roja a carne blanca son, de hecho, «aumentadores» en lo que respecta al nĂșmero de animales que deben ser sacrificados para alimentarlos (y como ahora hay mĂĄs de estos, el nĂșmero de pollos matados continĂșa aumentando).
Pero no todos los pollos muertos han vivido el mismo tipo de vida. Algunos pudieron haber sido capaces de moverse un poco en pequeñas granjas de patio trasero y comportarse cerca de cĂłmo deben comportarse los pollos. Algunos solo vivieron unos minutos si eran machos nacidos en la industria del huevo. Muchos vivieron en graneros atestados bajo la etiqueta equivocada de «campo libre». Y muchos mĂĄs vivieron toda su vida en pequeñas jaulas en granjas industriales. Pero de todos los pollos de la industria de la agricultura animal, quizĂĄs los que mĂĄs sufren son los pollos de engorde, criados exclusivamente para ser comidos, en lugar de producir huevos o luchar entre sĂ. La oscura e inquietante realidad de la crĂa de pollos de engorde a menudo se oculta a la vista del pĂșblico. Vale la pena dedicar un blog a exponerla.
La demanda de carne barata

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El tĂ©rmino «pollos de engorde» ya nos estĂĄ diciendo en su nombre por quĂ© se crearon este tipo de pollos. En ingles se usa la palabra broiler que se originĂł a finales del siglo XIV y significa parrilla utilizada en asar, derivado del verbo broil (asar) que significa «cocinar por la acciĂłn directa del calor». Se sabe que desde 1858 decir âpollo de engordeâ (broiler chicken) significa âpollo para asarâ, pero la industria actual anglosajona solo los llama broilers.
SĂłlo hay una razĂłn para la existencia de pollos de engorde: los consumidores de carne quieren carne barata, y los granjeros quieren que se les pague por producirla barata. Los consumidores de carne encontraron que cazar animales salvajes era demasiado difĂcil. Descubrieron que la crĂa de aves silvestres no era suficiente, ya que la crĂa del gallo salvaje rojo (Gallus gallus, el antepasado salvaje de todos los pollos, que todavĂa existe en la India) no era rentable porque son animales bastante flacos. TenĂan que crear algo que produjera mĂĄs carne mĂĄs rĂĄpidamente y con menos recursos. Tuvieron que crear una criatura antinatural que produce mĂĄs carne y come alimentos mĂĄs baratos. Tuvieron que crear los pollos de engorde, que no son solo aves domĂ©sticas (por lo tanto, creadas por humanos a travĂ©s de la selecciĂłn artificial), sino un tipo particular de aves domĂ©sticas deformes y antinaturales (por lo que pasaron por un perĂodo mĂĄs largo de «ingenierĂa» genĂ©tica). Una vez que los agricultores los crearon, se criaron en instalaciones industriales a gran escala (en AmĂ©rica se llaman Concentrated Animal Feeding Operations, CAFOs), o en grandes granjas engañosamente llamadas «camperas», diseñadas para maximizar ganancias.
Todo esto no fue para aumentar la «calidad» de la carne o para mejorar su sabor o textura. No fue para manejar las aves mĂĄs fĂĄcilmente o tampoco para beneficiar su bienestar. Fue simplemente para producir mĂĄs carne. MĂĄs carne por animal, mĂĄs carne por granja y mĂĄs carne por empresa, por lo que mĂĄs personas podrĂan comer mĂĄs carne, pagar menos por comerla y los agricultores podrĂan beneficiarse mĂĄs.
No fue solo la demanda de carne lo que impulsĂł la industria, sino la demanda de carne barata. Antes de que apareciera la agricultura industrial, la gente cultivaba alimentos a travĂ©s de la agricultura tradicional. Sin embargo, eso requerĂa un poco de esfuerzo, y debido a que aĂșn no habĂan descubierto los problemas de salud asociados con el consumo de productos animales, la carne barata les hizo aumentar su consumo de carne. La carne barata hizo que las personas dejaran atrĂĄs su dieta principalmente basada en plantas, y en lugar de cultivar sus alimentos saludables en sus campos, patios o jardines comunitarios, compraron la comida de las industrias cĂĄrnicas ansiosas por vendĂ©rsela a un precio razonable. Comer pollos es a la comida lo que quemar gasolina es al transporte, algo que parecĂa un avance cuando comenzĂł, pero ahora todos sabemos que fue una mala idea.
Pollos âFrankensteinâ

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Mediante el proceso de crĂa selectiva para crear mĂĄs carne por animal y cambiando los mĂ©todos de alimentaciĂłn con el objetivo de un crecimiento rĂĄpido, los cuerpos y la fisiologĂa de los pollos se transformaron gradualmente en los pollos de engorde que tenemos hoy, que son versiones âFrankensteinianasâ de los pollos indios originales mĂĄs pequeños y delgados de los que fueron criados inicialmente. Ahora, estos pollos crecen anormalmente rĂĄpido y alcanzan el «peso de mercado» en solo unas pocas semanas (lo que significa que se matan mucho mĂĄs jĂłvenes). Este rĂĄpido crecimiento ejerce una inmensa presiĂłn sobre sus cuerpos, lo que lleva a una gran cantidad de problemas de salud, incluidas deformidades en las piernas, problemas cardĂacos y dificultades respiratorias. Muchos pollos de engorde sufren de dolor crĂłnico e incomodidad debido a su crecimiento acelerado, lo que les dificulta moverse, caminar o participar en comportamientos naturales, como posarse y bañarse en polvo.
La domesticaciĂłn de los pollos comenzĂł hace unos 8.000 años en Asia, cuando los humanos comenzaron a mantenerlos en cautiverio para obtener huevos, carne y plumas. El primer cambio significativo en la morfologĂa de los pollos domesticados ocurriĂł durante el perĂodo medieval, cuando comenzĂł la crĂa selectiva para un tamaño corporal mayor y un crecimiento mĂĄs rĂĄpido en Europa y Asia. A finales del perĂodo medieval, los pollos domesticados habĂan duplicado al menos su tamaño corporal en comparaciĂłn con sus ancestros salvajes. Sin embargo, no fue hasta el siglo XX que los pollos de engorde surgieron como un tipo distinto de pollo criado para la producciĂłn de carne. SegĂșn Bennett et al. (2018), los pollos de engorde modernos han duplicado al menos su tamaño corporal desde finales del perĂodo medieval hasta el presente, y han aumentado hasta cinco veces en masa corporal desde mediados del siglo XX.
DespuĂ©s de dĂ©cadas de selecciĂłn artificial, los pollos de engorde modernos son el resultado de un rĂĄpido crecimiento (que proviene de sus genes) y una alta eficiencia alimenticia (que proviene de cambios en los mĂ©todos de alimentaciĂłn y crĂa). Los pollos de engorde pueden alcanzar un «peso de sacrificio» de aproximadamente 2 kg en solo seis semanas de edad, que es mĂĄs del doble de rĂĄpido que sus antepasados. TambiĂ©n tienen mĂșsculos pectorales mucho mĂĄs grandes, que representan aproximadamente el 25% de su peso corporal, en comparaciĂłn con el 15% en los pollos rojo salvajes. Los pollos de engorde tienen una forma corporal y postura diferente a sus contrapartes salvajes, con una espalda mĂĄs horizontal, patas mĂĄs cortas y pecho mĂĄs ancho.
El peso promedio de un pollo de engorde en el sacrificio es ahora de alrededor de 2,5 kg, en comparaciĂłn con 0,9 kg en 1957. En un artĂculo de 2014 sobre este tema, Zuidhof et al. Escribieron lo siguiente: âDe 1957 a 2005, el crecimiento de pollos de engorde aumentĂł en mĂĄs del 400%, con una reducciĂłn simultĂĄnea del 50% en la tasa de conversiĂłn alimenticia, correspondiente a una tasa anual compuesta de aumento en 42 d de peso corporal vivo del 3,30%. La TCA de cuarenta y dos dĂas disminuyĂł un 2,55% cada año durante el mismo perĂodo de 48 años. El potencial de crecimiento principal de Pectoralis aumentĂł, mientras que la grasa abdominal disminuyĂł debido a la presiĂłn de selecciĂłn genĂ©tica durante el mismo perĂodo de tiempo. De 1957 a 2005, el rendimiento de pectoral menor a los 42 dĂas de edad fue un 30% mayor en los machos y un 37% mĂĄs alto en las hembras; El rendimiento del pectoral mayor aumentĂł en un 79% en los machos y en el 85% en las hembrasâ (la tasa de conversiĂłn alimenticia es una medida de la eficiencia con la que un pollo convierte el alimento en peso corporal, y los pectoralis mayores y menores son diferentes mĂșsculos pectorales).
Estos cambios han traĂdo serios problemas de salud a los pollos. Los pollos de engorde son propensos a diversos trastornos esquelĂ©ticos, como cojera, fracturas y deformidades, debido a su exceso de peso corporal y rĂĄpida tasa de crecimiento. TambiĂ©n sufren de problemas cardiovasculares, como insuficiencia cardĂaca y ascitis, debido a las altas demandas metabĂłlicas de sus mĂșsculos. Pero hay una cosa que los fabricantes no han podido cambiar. Los pollos de engorde siguen siendo seres sintientes con su capacidad de sentir dolor y sufrir intacta, pero ahora estĂĄn atrapados en un cuerpo de pesadilla.
El sufrimiento de los pollos de engorde

Todas las aberraciones corporales mencionadas anteriormente, junto con las formas en que se mantienen y alimentan los pollos, les causan muchas enfermedades y dolencias que hacen de su vida una miseria. En las granjas industriales, la forma mĂĄs comĂșn de criar pollos, los pollos de engorde estĂĄn hacinados en espacios superpoblados y confinados, con poco o ningĂșn espacio para moverse o extender sus alas. A menudo se alojan en cobertizos o graneros sin ventanas, donde se mantienen en sustratos o pisos de listones que estĂĄn cubiertos de heces y orina. A menudo se someten a mutilaciones dolorosas, como el recorte del pico y el recorte de sus garras, para prevenir lesiones y canibalismo causados por el estrĂ©s y el hacinamiento.
Para promover un crecimiento mĂĄs rĂĄpido, los pollos de engorde a menudo se alimentan con una dieta alta en calorĂas que carece de una nutriciĂłn adecuada. TambiĂ©n estĂĄn sujetos a iluminaciĂłn artificial constante para interrumpir sus patrones naturales de sueño y fomentar la alimentaciĂłn continua, lo que lleva al aumento de peso. Esta alimentaciĂłn constante y la falta de ejercicio dan como resultado pollos que son pesados y no pueden soportar su propio peso, causando mĂĄs dolor y sufrimiento. No hace falta decir que, en tales condiciones de crĂa, los pollos no pueden realizar la mayorĂa de sus comportamientos naturales o satisfacer sus motivaciones normales, por lo que se encuentran en un estado permanente de estrĂ©s y frustraciĂłn.
Estas condiciones antinaturales insalubres y hacinadas son caldo de cultivo para muchas enfermedades. En particular, pueden sufrir lo siguiente:
- DisfunciĂłn cardiovascular: Los pollos de engorde son propensos a la insuficiencia cardĂaca y otros problemas circulatorios debido a su rĂĄpida tasa de crecimiento y alta demanda metabĂłlica, que puede causar sĂndrome de muerte sĂșbita, ascitis e hipertensiĂłn pulmonar.
- Disfunción esquelética: Tienen huesos y articulaciones débiles debido a su exceso de peso corporal y falta de ejercicio, lo que puede causar cojera, fracturas, deformidades y osteoporosis.
- Lesiones de tegumento: Los pollos de engorde tienen lesiones en la piel e infecciones debido a su contacto con el sustrato, las heces, las plumas y otras aves, que pueden causar dermatitis, pododermatitis, quemaduras en el corvejĂłn y ampollas en el pecho.
- Coccidiosis: Esta es una enfermedad parasitaria causada por protozoos del género Eimeria, que puede causar diarrea, pérdida de sangre, anemia y mortalidad.
- Colibacilosis: Es una infecciĂłn bacteriana causada por E. coli, que puede causar septicemia, pericarditis, perihepatitis, airsacculitis y salpingitis.
- Aflatoxicosis: Esta es una toxicosis causada por aflatoxinas producidas por hongos del género Aspergillus, que pueden causar una reducción de la tasa de crecimiento, su eficiencia alimenticia, su función inmune, y causar daño hepåtico y mortalidad.
DespuĂ©s de unas pocas semanas de vida, los pollos de engorde son enviados al matadero, para ser sacrificados en mĂ©todos a menudo crueles e inhumanos. Tanto como si vivieron en una granja industrial o en las llamadas granjas de «corral», todos terminarĂĄn en los mismos mataderos. AllĂ, los pollos son sometidos a aturdimiento elĂ©ctrico, donde una corriente elĂ©ctrica pasa a travĂ©s de sus cuerpos para dejarlos inconscientes antes de ser sacrificados. Sin embargo, el aturdimiento inadecuado puede hacer que los pollos estĂ©n completamente conscientes durante el proceso de sacrificio, lo que lleva a un sufrimiento y angustia extremos. AdemĂĄs, la velocidad y el volumen del proceso de sacrificio pueden resultar en un manejo deficiente y un aturdimiento inadecuado, causando mĂĄs dolor y terror para estas aves. En otros mataderos, se matan a los pollos con gas sofocante.
La industria del pollo de engorde

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La industria del pollo de engorde es enorme y estĂĄ creciendo. A nivel mundial, en 2005 esta industria produjo 71.851.000 toneladas de carne de pollo, y de 1985 a 2005, la industria de pollos de engorde creciĂł un 158%. SegĂșn la Base de Datos EstadĂsticos Corporativos de la OrganizaciĂłn de las Naciones Unidas para la Agricultura y la AlimentaciĂłn, mĂĄs de 66 mil millones de pollos son sacrificados para carne en el mundo cada año.
El mayor productor de pollo por peso es Estados Unidos, que representa casi el 18% de la producciĂłn mundial de carne de pollo, pero el mayor productor de pollo en nĂșmero de individuos es China, que representa mĂĄs del 14% de la producciĂłn mundial de pollos de engorde. MĂĄs de 7.200 millones de pollos de engorde son sacrificados para carne en la UE cada año, produciendo alrededor de 12 millones de toneladas de carne de pollo, con un consumo medio per cĂĄpita de 24,1 kg/año. SegĂșn el Consejo Nacional del Pollo, mĂĄs de 9 mil millones de pollos de engorde fueron matados en los Estados Unidos en 2018. Brasil, la FederaciĂłn de Rusia, India, MĂ©xico, Indonesia, JapĂłn, IrĂĄn y TurquĂa son los otros productores principales.
SegĂșn Statista, aproximadamente 1.120 millones de pollos de engorde fueron sacrificados en el Reino Unido en 2021, y esta cantidad ha aumentado casi todos los años desde 2010 (ÂĄy el Reino Unido es uno de los paĂses con mĂĄs veganos!) SegĂșn la Oficina Australiana de EstadĂsticas, 701,3 millones de pollos fueron sacrificados en Australia en 2022, y el nĂșmero ha aumentado de 169,56 millones en diciembre de 2020 a 173,33 millones en diciembre de 2022.
SegĂșn Stellina Marfa, la empresa de comida de pollo frito estadounidense KFC mata alrededor de 850 millones de pollos al año y desde su comienzo ha sacrificado alrededor de 1.540 millones de pollos en toda su historia. No se deben criar pollos para producir alimentos en ninguna circunstancia, ya que esto es explotaciĂłn animal, o para cualquier otro propĂłsito. Hacerlo va en contra de los principios fundamentales del veganismo, que tendrĂa que ser la base moral que todos deberĂamos seguir. Sin embargo, vemos una y otra vez que cuanto mĂĄs grande es la granja o empresa que explota a los animales, peor es la vida que tienen estos animales. En 2019, World Animal Protection (WAP) analizĂł las condiciones de los pollos cuya carne se proporciona a gigantes de la alimentaciĂłn como KFC, McDonaldâs, Nandoâs, Burger King, Pizza Hut, Starbucks, Subway y Dominoâs Pizza, y descubriĂł que estas empresas tenĂan âun desprecio casi universalâ por mejorar el bienestar de los pollos. Ha habido numerosas exposiciones de las condiciones con las que estos animales son tratados.
Esta enorme industria no solo es perjudicial para los pollos. La gran cantidad de pollos criados en granjas industriales produce una enorme cantidad de desechos, que pueden contaminar las vĂas fluviales locales, contaminar el suelo y emitir gases nocivos, contribuyendo a la contaminaciĂłn del aire y al cambio climĂĄtico. Las cantidades masivas de alimento, agua y recursos necesarios para mantener las granjas industriales tambiĂ©n ejercen presiĂłn sobre los recursos de nuestro planeta, contribuyendo a la deforestaciĂłn y la pĂ©rdida de biodiversidad. Y la proliferaciĂłn de bacterias resistentes a los antibiĂłticos, que es un grave problema de salud humana, puede atribuirse, en parte, al uso excesivo de antibiĂłticos en granjas industriales de pollos y granjas de corral, que es algo que hacen los agricultores porque, de lo contrario, las condiciones de hacinamiento de sus aves propagarĂan enfermedades infecciosas demasiado rĂĄpidamente.
La corta y horrible vida de un pollo de engorde

Si fueras un pollo de engorde, lo mĂĄs probable es que comenzaras tu vida en un criadero, donde se incuban y eclosionan miles de huevos. Nunca llegarĂas a ver a tus padres, ya que se mantienen en instalaciones de crĂa separadas. Cuando tendrĂas alrededor de un dĂa de edad, personas gigantes aterradoras te colocarĂan bruscamente en una cinta transportadora para recibir medicaciĂłn a travĂ©s de un aerosol o inyecciĂłn. Luego, la cinta transportadora te dejarĂa caer en una caja de transporte del tamaño de un cajĂłn de escritorio grande. Junto a miles de otros polluelos, tu jaula se apilarĂa en un camiĂłn para un viaje aterrador a la «instalaciĂłn de engorde». AquĂ es donde pasarĂas la mayor parte de tu corta vida. Como pollito, es posible que te sometieran a varias mutilaciones dolorosas, como el recorte del pico y la cresta, sin anestesia.
Durante tu vida como pollo de engorde, recibirĂas una nutriciĂłn inadecuada y lo mĂĄs probable es que te mantendrĂan con una iluminaciĂłn artificial, no para tu beneficio, sino para obligarte a hincharte de forma antinatural. Debido a las condiciones de hacinamiento en las que se te mantendrĂa, podrĂas sufrir de diversas enfermedades, y lo mĂĄs probable es que ningĂșn veterinario te tratarĂa. Debido a los brotes actuales de gripe aviar que han requerido que todos los avicultores mantengan sus aves en el interior para evitar la propagaciĂłn de la enfermedad (incluidas aquellas en las llamadas operaciones de «corral»), o porque simplemente fueras un pollo de engorde tĂpico que vive en una granja industrial, pasarĂas toda tu vida en el interior de edificios (con o sin pandemias, la mayorĂa de los pollos nunca ven un prado de hierba o incluso el sol).
Como tu cuerpo estarĂa deformado y creciendo de forma anatural en un corto perĂodo de tiempo, esto a menudo te llevarĂa a sufrir dolor y lesiones no tratadas, y a menudo te colapsarĂas por tu propio peso. Luego, a la temprana edad de 42 dĂas (en la UE) o 47 dĂas (en los Estados Unidos), cuando habrĂas crecido hasta el «peso de mercado», el peso al que se considera listo para el sacrificio, se te retirarĂa bruscamente del criadero y te transportarĂan al matadero en un camiĂłn a menudo demasiado frĂo o demasiado caliente. AllĂ, o bien permanecerĂas en las cajas de transporte y te colocarĂan en una cĂĄmara de gas, donde estarĂas expuesto/a a mezclas de aire y gas (CO2 u otros gases) hasta que morirĂas de asfixia, o te colgarĂan boca abajo por las piernas en grilletes de metal a lo largo de una cinta transportadora mĂłvil. Con terror, te moverĂan a lo largo de la lĂnea de producciĂłn a un baño de agua donde te electrocutarĂan (teĂłricamente, para aturdirte, pero a menudo despuĂ©s podrĂas permanecer consciente), y luego te trasladarĂan a un cortador de cuello mecĂĄnico, que cortarĂa tus vasos sanguĂneos principales hasta tu muerte.
Si fueras alguna criatura criada y matada para alimentar a humanos, probablemente esta serĂa tu vida. No una vida de un individuo sensible que es tratado con respeto y dignidad, sino tratado como una triste masa de carne insignificante.
La horrible vida de un pollo de engorde.
Source: Veganfta.com